El fin de semana del 1 de diciembre, 25 vikingos participamos del encuentro organizado por el club Ruinas de San Ignacio, y estuvimos paseando por la bellísima Mar del Plata. Algunos salieron bien temprano el viernes, otros salimos el viernes por la noche, y unos pocos salieron en la madrugada del sábado. Desayunamos todos juntos, y algunos nos fuimos a "hacer un poco de playa" hasta que fuera la hora en que debíamos inscribirnos en el encuentro.
Con los siete autos arrancamos hacia el club, y a pesar de que algunos nos perdimos, llegamos a tiempo para inscribirnos, en un encuentro no tuvo fallas, desde lo organizativo, lo alimenticio y lo "bebilicio".
Por el fixture, nos tocaba enfrentarnos con dos clubes marplatenses: Tatú y Bigúa, y un equipo proveniente de la provincia de Misiones. Todos los partidos los disputaríamos en un campo impecable que hasta tenia marcados los números indicando las distintas líneas de la cancha (un detalle de color, que a varios nos encantó). El primer partido, contra Tatú, se vio el mejor juego vikingo de la tarde. El rival, un combinado de veteranos de varios clubes de Mar del Plata, se vio superado desde el primer minuto de juego. Los gordos vikingos los llevaban para atrás a los locales, y los backs defendían muy bien y atacaban mejor aun. La primer diferencia se consiguió por un error en el manejo de los backs de Tatú, porque el segundo centro dio un pase incorrecto a quien escribe (o sea, yo, Gustavo), que corrí hasta el in-goal rival para apoyar el primer try de la tarde. A pesar de la diferencia en el marcador, no aflojamos en el juego y continuó nuestro dominio. Ya en el segundo tiempo, pude (si, nuevamente yo), incrementar el marcador, con otra linda corrida, y con el apoyo de mis compañeros. La cifra final la puso Javi, cuando anoto el tercer try en una de sus grandes escapadas por entre medio de los centros de Tatú. Final 3-0 y si bien los resultados son anecdóticos, estuvo buenísimo ganar tan contundentemente en cuanto al marcador y al juego. Se jugó el partido Porteño vs. Torcuato XV, que nos dio un rato de descanso, pero enseguida tuvimos que precalentar, para esta vez enfrentar a Bigúa. El partido fue distinto. Se planteó mucho más parejo. Bigúa es un equipo mas agresivo (en el buen sentido) que Tatú. Igualmente la primer ventaja la conseguimos los vikingos, cuando, luego de una formación fija, la pelota salió rápido a Javier como apertura, que con doble salteo me la pasó, y desde las 22 propias corrí hasta el in-goal rival (aunque usted no lo crea, marqué mi tercer try en la tarde). Con la diferencia plasmada en el marcador, el rival se empezó a venir, y consiguió el empate cuando luego de un scrum, un tercera linea, entro a la carrera a nuestro in-goal. El resultado definitivo lo selló un back marplatense, luego de una linda jugada. En el segundo tiempo tuvimos varias ocasiones para marcar, pero no lo conseguimos. A pesar de la derrota se jugó bien, y nos fuimos muy conformes a descansar. Nos quedaba solo el partido versus los misioneros, que por el cansancio de la mayoría, decidimos terminarlo en “tablas”, y no se disputó. Solo algunos seguíamos con ganas de más juego, y nos fuimos a jugar un partido con un combinado integrado básicamente por jugadores de Tatú, contra los veteranos de Porteño. Ahí, tambien, Javier y yo anotamos un try cada uno.
Que decir del tercer tiempo... Además de las frutas y las gaseosas/cervezas que pudimos disfrutar en cada receso de partido, alrededor de las 5 de la tarde se abrió la barra, y sumado a todo lo otro aparecieron unos muy ricos tragos y los muy esperados choris, como para apaciguar el hambre reinante. Ya después de los partidos, y ya bañaditos, pudimos disfrutar de unas terribles paellas de mar y de campo (con carne vacuna), todas regadas con muy ricos vinos... De postre helados, bombones, masas, mas vino, espumantes... de todo... acompañado por muy buena música, muy buena onda de todas las delegaciones y muy buena predisposición a la diversión. Pasó la entrega de premios, pasó la banda que cantaba, y quedamos los vikingos, que gracias a nuestros animadores estiramos la fiesta: el Licenciado en karaoke, con titulo habilitante “Tumba”, y su paquita coequiper Jessy, cantaron y bailaron hasta altas horas de la madrugada.
Con mucho cansancio y calambres, volvimos al hostel, y algunos quedaron tomando mates y jugando a las cartas, y muchos se fueron a dormir...
Al otro día, nuevamente, desayuno tempranito, y playa hasta que estuviera el asado que tan generosamente (?) nos preparó Robert (todo un personaje, el dueño del hostel). Un rato de sobremesa, y a emprender la retirada, que hay un largo camino hacia casa...
Como me pidió la Chancha que escriba: "gracias a que los 8 fowards se sacrificaron e inmolaron, al gran juego de manos del medio scrum, la velocidad mental del apertura, la presión de los centros, y las coberturas del otro wing y el fullback, me puse lucir, corriendo como wing "sin despeinarme" (cuac), para marcar 3 tryes. Gracias vikingos!!!"
Ahora, en serio, pasamos un fin de semana E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R!!!! Gracias a cada uno de los que fue. Es como un viaje de egresados, pero con personas más grandes y mucho más inmaduras... Ni loco me pierdo la próxima gira, a donde sea!!!
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